Percy
Jackson, hijo de Poseidón y Sally Jackson, era el héroe favorito de muchas
personas, entre ellas, Annabeth- su novia-, Quirón – su maestro- y las propias
Parcas, también conocidas como los destinos.
Y es Percy
Jackson, no era un semidiós común, era
el más fiel, valiente, desinteresado y leal que se pudiera encontrar.
Desde su
nacimiento, producto del rompimiento de un importante juramento, las Parcas lo
habían observado, sabiendo que estaba destinado a la grandeza.
Durante los
cuatro años que había durado la guerra contra Kronos, lo vieron luchar
valientemente, lo vieron reír y llorar, lo vieron cargar con todo el peso del
mundo – literalmente-, lo vieron enfrentarse a cosas a las que casi ningún
héroe había logrado sobrevivir. Y aún así, lo habían visto manteniendo la
esperanza, sonriendo a la adversidad y retando a la muerte.
Los destinos
nunca han podido ayudar a ningún semidiós, nunca habían querido hacerlo, pero
al ver a su joven héroe siendo atrapado por Hera y dejado en un campamento
extraño con su memoria borrada, perdiendo a su novia, a su madre, a su familia.
Decidieron
que esta vez ellas tendrían que intervenir.
Y es que por
primera vez en eones, ellas no querían cortar un hilo.
Y no lo
harían.
Era el
solsticio de invierno en el Olimpo, unos meses después del incidente de Thalía.
— Las
catástrofes de mar son las mejores— se jactaba Poseidón.
— Las del
aire lo son— refutaba Zeus.
— Ya
cállense, lo único que hacen con sus catástrofes es que mi reino se extienda
más— se burlo Hades.
Los tres
grandes peleaban.
Hestia
miraba su fuego.
Atenea leía.
Artemisa
pulía su arco.
Otro día
como cualquier otro.
¡Bum!
El sonido
como una explosión sobresaltó a los dioses, seguido de una luz tan brillante
que cegó a algunos momentáneamente.
Cuando la
luz se desvaneció, ningún dios dudó antes de levantarse y ponerse de rodillas,
frente a ellos, estaban las parcas.
— Mis
señoras— murmuró Zeus—. ¿A qué debemos el honor de su visita?
— Estamos
molestas, Zeus— dijeron las Parcas— muy molestas. Su actitud egocéntrica y
orgullosa ha causado un caos en el futuro. Venimos a prevenir aquello. Se les
darán a leer una serie de libros que cuentan la historia de un semidiós muy
especial. Conforme avancen en la
lectura, irán llegando algunos semidioses relacionados con la historia. No les
pidan respeto, que en el futuro, no han hecho nada para merecerlo, ellos
cuentan con nuestro favor, así que tienen prohibido dañarlos. Disfruten la
lectura.
Las Parcas
desaparecieron con un ¡Poof! Y a los pies de Atenea apareció un libro.
— Percy Jackson y el ladrón del rayo—
leyó la diosa.
Poseidón se
tensó, su hijo solo tenía siete años en ese momento.
— Bien— dijo
Zeus— ¿Quién quiere leer primero?
Antes que
nadie pudiera responder una nueva luz igual de brillante que la primera
apareció y cayeron seis personas.
Los
semidioses se fueron poniendo uno a uno de pie, mirando alrededor de la sala
pero nunca a los dioses.
— ¿Qué
significa esto?— rugió Zeus— ¡Qué falta de respeto! ¡Ni siquiera se arrodillan!
Los
semidioses solo lo miraron.
— Preséntense,
digan su nombre y su padre divino— demandó Zeus.
— Soy Jason
Grace, hijo de Júpiter y uno de los siete
— ¡Volviste
a romper el tratado!
— Cállate
Hades.
— Mi nombre
es Loe Valdez, hijo de Hefestos, usuario del fuego y uno de los siete— Hefesto
le sonrió a su hijo.
— Soy Pipper
McLean, hija de Afrodita y uno de los siete— Afrodita sonrió brillantemente a
su hija, Pipper le ofreció una pequeña sonrisa en respuesta.
— Annabeth
Chase, arquitecta del Olimpo, uno de los siete e hija de Atenea— Atenea asintió
a su hija.
— Soy Thalia
Grace, teniente de Artemisa e hija de Zeus.
— ¿Tú no
eras un pino? — preguntó Hades recibiendo una mala mirada del rey de los
dioses.
— Larga
historia— dijo Thalia.
— ¿Qué pasó
con Zoe? — cuestionó Artemisa
Thalia no
respondió.
— Nico di Angelo,
hijo de Hades… nací antes del juramento— aclaró al ver que Zeus iba a gritarle
a su padre.
Zeus les
explicó que hacían allí y les dijo que se fueran a sentar con su padre divino,
ellos se sentaron juntos en el suelo, justo donde estaban.
Zeus
resopló.
— Yo quiero
leer, padre— dijo Atenea, para aliviar la tensión.
Zeus le
entregó el libro.
Me gusta tu historia! Espero que actualices pronto y que no te quedes sin inspiración (porque a muchos autores kes sucede eso y dejan truncado el fanfic) Te mando una abrazo psicologico desde México!!
ResponderBorrarEsta genial! Bueno admito que eres buena narradora! Por favor actualiza si no te vas a meter con unos cuantos crucios! -.- ! jeje broma... naa lo digo enserio pendeja! Espera no te sientas ofendida por mi pendeja es que me acostumbre hablar asi con todos hasta con mi familia!
ResponderBorrarEspero que Actualices estoy muy ansiosa!
Besos de lily_nique100 (en potterfics) o Lupard!